Evaluación
del desempeño y mejora en ISO 14001 es el tema
del que se ocupa la cláusula 9 de la norma, desarrollado en sus tres primeros
apartados. Todos los estándares ISO buscan cumplir con un objetivo y obtener un
resultado.
Aunque las versiones anteriores
de la norma tuvieron como requisito la obligación de supervisar las áreas donde
existía una mayor probabilidad de sufrir un impacto ambiental negativo, la
evaluación del desempeño y mejora en ISO 14001 es un requisito formal, en el
que se da mayor importancia a la medición y el monitoreo.
Aspectos a considerar en la evaluación del desempeño y mejora en ISO 14001
La pregunta fundamental es: ¿qué
debemos medir? La respuesta inmediata es “el desempeño”, por supuesto. Pero
¿dónde lo medimos?, ¿qué métodos utilizaremos para realizar la medición?,
¿cuándo y cómo haremos el monitoreo, evaluaremos y analizaremos los datos?
La respuesta a estas preguntas debe
conocerse antes de iniciar la evaluación del desempeño y mejora en ISO 14001.
Las organizaciones deben definir la
información necesaria para acometer esta tarea, delegar las responsabilidades, disponer
los recursos físicos, técnicos, humanos y financieros.
Un Sistema de Gestión Ambiental basado
en la norma ISO 14001 requiere supervisión permanente, al igual que revisiones
periódicas –que pueden incluir auditorías– con el fin de:
Conocer la
efectividad del SGA.
Establecer si
se cumplen los requisitos exigidos por la norma ISO 14001.
Determinar si
se cumple con la normativa legal de cada país, los requisitos de las partes
interesadas y si el SGA está alineado con la política y la estrategia de
negocios de la organización.
Revisar la
idoneidad, adecuación, efectividad y eficiencia del SGA.
Verificar que
la planeación ha sido adecuada y se ha implementado con éxito.
Analizar la
efectividad de los procesos.
Establecer si existen
oportunidades de mejora del SGA y determinar si se han emprendido las acciones para aprovecharlas.
Importancia de la evaluación del desempeño y mejora en ISO 14001
Un Sistema de Gestión Ambiental que no
cuente con procesos efectivos de medición, supervisión, monitoreo, evaluación y
análisis, es similar a un coche que transita en una noche oscura, sin faros,
sin instrumentos y sin un rumbo definido.
El monitoreo, a la luz de lo dispuesto
por la norma ISO 14001, significa que la
organización tiene los medios requeridos para verificar, inspeccionar, revisar
y auditar las actividades que se han planificado y así, asegurarse de que todo
ocurre según se planificó.
Para ello, la organización dispone de
controles operacionales. Las auditorías,
las inspecciones o cualquier tipo de verificación visual, son ejemplos de
controles operacionales que resultan ser herramientas útiles para cumplir con
el requisito de evaluación del desempeño y mejora en ISO 14001.
Los controles
operacionales nos ayudan a:
Evaluar el
desempeño ambiental.
Conocer y
analizar las causas raíz de los problemas de gestión ambiental.
Evaluar el
cumplimiento de requisitos legales.
Identificar no
conformidades y áreas que requieran la implementación de acciones correctivas.
Mejorar la
eficiencia del sistema y aumentar su rendimiento.
ISO 14001 no
requiere específicamente que utilicemos KPI. No obstante, es evidente que la
cláusula 9 exige que la organización determine los criterios
con que se evaluará el desempeño ambiental y defina los indicadores apropiados
para tal medición.
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